dimecres, 21 de gener del 2009

Todo en su sitio (Autora: Carme Deltell)

Ella dibuja en su espalda
-¿Qué es esto?
Él se gira, la abraza y vuelven a besarse. Ella lo rechaza
-Es tarde
Él asiente. Se sienta en la cama y se apoya en la almohada mientras la mira: su espalda, su cabello, sus caderas. Le gusta ver cómo se viste, con movimientos gatunos.
-Hasta el martes. No me llames si no es necesario
Le besa. Con un beso frío, de despedida para siempre o hasta el próximo martes.
Oye sus pasos alejarse por el pasillo del hotel. Duros, seguros. Cuando desaparecen él se viste, rápido, sin cuidado y sale corriendo a buscar el coche.

-Llegas tarde. ¿otra reunión de trabajo?
Besa a la mujer en la mejilla hundida que huele a cocina y le desata el nudo del delantal.
Ella protesta. Es el juego. Él hace, ella protesta, él sonríe, ella ríe y todo vuelve a estar en su sitio. Todo hecho a su tiempo, con sus ingredientes, como sus cocidos, que devoran ante el televisor. ¿te gusta? ¡que bueno! Hay más. Tengo bastante. Y así hasta que acaba el programa y se levantan del viejo sofá y se encierran en su habitación y se desnudan deprisa y sin mirarse. Pero ella hoy tiene hambre, se ha quedado hambrienta de hombre. El beso le ha sabido a poco y el roce de sus dedos al desatar el delantal le ha abierto el apetito. Juegan. Con deseo moderado y en silencio. Ella tiene sed de recuerdos y hurga en su espalda, quiere dibujar corazones, letras. Quiere jugar a adivinar.
-¿Qué es esto?
Ya es tarde para darse la vuelta. O para mirarse al espejo. Hay algo ahí. Hay un rosario de martes dibujados en su espalda.
-Es tarde –dice él mientras apaga la luz.

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